Una visión general del negocio nos hace menos prescindibles
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Confirmado: Nadie es imprescindible
La cuestión no es qué debemos hacer para dejar de ser prescindibles, sino cómo podemos afrontar el hecho de que ninguno de nosotros somos realmente insustituibles. Debemos vivir y trabajar con ello. Pero sin creerse insustituible.
Siempre habrá alguien dispuesto a hacer tu tarea
Especialmente si ésta no es muy cualificada. Si eres un alto mando y detectat que no pasa nada en su organización después de una ausencia prolongada, tendrás que reconocer sin aspavientos que, o esa tarea tuya tan precisa no resulta tan necesaria, o no eres tan insustituible como crees. Existe una tendencia creciente en muchas compañías a que nadie pueda ser promocionado sin que se haya buscado a la persona preparada para sustituirlo.
Lo fácil y cómodo es dejar las cosas en manos del supuesto imprescindible, pero el riesgo es elevado.
El imprescindible queda atado a lo que hace
En términos de desarrollo profesional, hacerse el imprescindible es, cuando menos, poco inteligente si se quiere progresar en la carrera». Parece claro que el pretendido imprescindible queda atado a lo que hace y lastrado para moverse hacia otras oportunidades. Como consecuencia, sus posibilidades de evolución se reducen, y puede terminar estancado y siendo más vulnerable. « Una desmedida autoestima favorece esta fantasía, que suele dejar en ridículo a quien la experimenta a las primeras de cambio.
Ante los primeros tics demostrativos de conductas así, la empresa debería tomar medidas evitando consolidar situaciones que dependan de una sola persona. Hoy muchas organizaciones tienden a transformar a las personas clave en puestos clave. Esto supone que, en la medida en que puedo sustituir a los profesionales que ocupan esos puestos se está dando menos valor a la aportación del individuo.
Transición
Se huye así de definir puestos clave al elaborar un mapa de talento organizativo, ya que definir personas clave supone reconocer que hay gente imprescindible y pone a la persona en una posición dominante frente a la empresa.
La influencia de la marca personal
No está de más convertirse en un referente en estas, sin competir con la propia empresa. La marca personal se demuestra, entre otras cosas, saliendo del nicho estricto en la empresa.
Por otro lado, es importante trabajar para la marca y no solo para un proyecto determinado: Si has sido imprescincible sólo para una cosa y al cabo de un tiempo todo puede seguir funcionando sin ti, serás sustituible. El exceso de especialización puede hacerte prescindible a medio plazo. La marca personal consiste en ser alguien capaz de salir de su nicho estricto en la empresa. Una visión general del negocio nos hace menos prescindibles.
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