Personal Branding para emprendedores (1)
Hace pocos años, se les preguntaba a los estudiantes catalanes cuál era su máxima aspiración laboral: El resultado no pudo ser más deprimente, y hubo dos elecciones mayoritarias:
- Trabajar en La Caixa (Ahora CaixaBank)
- Ser funcionario
Si comparábamos esa encuesta con otra realizada en el norte de Europa o en los Estados Unidos, las diferencias eran notables: ahí todos los estudiantes querían montar su propio negocio.Está claro que hay elementos que van contra el espíritu emprendedor, y que uno de ellos es la seguridad laboral, un concepto que hoy ya no existe en casi ningún país del mundo.
Habiendo enterrado la seguridad laboral, estamos viviendo un auge de la figura del emprendedor, que tiene varias procedencias, de las que destacaré cuatro:
- Jóvenes que no consiguen un primer puesto de trabajo, y que, al año o dos años de terminar sus estudios deciden arrancar su propio negocio. No tienen más remedio.
- Profesionales “cansados” de trabajar por cuenta ajena y con una buena idea de negocio entre manos. Están dispuestos a arriesgar.
- Profesionales que, al sobrepasar los 40, son reemplazados por savia nueva. Al encontrarse en mercados en recesión, reincorporarse al mercado laboral se convierte en una quimera. No tienen más remedio que emprender.
- Emprendedores natos: Personas que mucho antes de acabar los estudios ya tenían claro su proyecto de negocio. Suelen ser insensibles al fracaso, y lo vuelven a intentar una y otra vez hasta conseguir el éxito. Son emprendedores naturales, lo llevan en su ADN.
Para ser emprendedor hace falta una idea, pero sea cual sea el perfil del mismo, el emprendedor tiene ante sí un camino que le requerirá reflexiones estratégicas. Y de ahí la importancia del personal branding.
El emprendedor requerirá tres procesos antes de lanzarse en la búsqueda de financiación para su idea.
- Conocerse mejor. Analizar sus puntos fuertes y débiles, detectar cuál es su Personal Brand (marca personal), entendida como la visión que tienen los demás. Entender y abrir los ojos a competencias que pudieran permanecer ocultas.
- Trazarse una estrategia personal con simbiosis absoluta con su estrategia de negocio. Esta es una fase clave, que requiere trabajar el modelo de negocio, el posicionamiento, visión, misión y valores y objetivos a 10 años (sí, a 10 años como mínimo).
- Conocida la estrategia, hacerla visible a sus públicos objetivos, empezando por los inversores y acabando por colaboradores y clientes. En esta etapa se trabaja el mensaje, el relato y la estrategia de comunicación.
Y para ser emprendedor hace falta también algo que en la era de Internet y de la inmediatez escasea: PERSISTENCIA de marca. Como decían los abuelos, quien la sigue la consigue.
La semana que viene seguimos hablando del tema.